Empeñados en concentrar recursos, adquirir confort, incluso pretender colonizar otros planetas, los países industrializados están destruyendo aceleradamente el único lugar donde le es posible habitar al ser humano. De repente, la naturaleza manifiesta su furia: inundaciones, ciudades arrasadas, miles de muertos, millones desplazados. ¿Y si la temperatura sigue aumentando?, ¿quedará un lugar seguro hacia donde correr dentro de la esfera caliente?

Ciclones cada vez más fuertes y prolongados por el incremento de la temperatura del planeta, sugieren que lo sensato es reducir o eliminar los factores que inciden en el calentamiento global.

Es tiempo de que Estados Unidos entienda el mensaje y se allane a lo acordado por los países firmantes del Tratado de Kioto, suscrito por más de un centenar de naciones para que las principales potencias industrializadas reduzcan la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, que afectan la capa de ozono y generan el efecto invernadero.

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Estamos frente a un asunto de supervivencia y de interés para toda la humanidad; es tiempo de actuar con responsabilidad y de exigir que los demás lo hagan, porque no tenemos alternativa.