Seremos cristianos, solo si cumplimos la voluntad del Padre

1.- El mensaje de la Palabra de Dios
El hijo obediente representa a los sacerdotes y a los fariseos, observantes de la ley. Ellos dijeron sí a Dios al aceptar la ley de Moisés, pero no cumplieron su voluntad.

El hijo desobediente, el malo, representa a los pecadores, a los publicanos y a las prostitutas que habían rechazado los mandamientos, pero acogieron la invitación de Jesús y cumplieron la voluntad del Padre.

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2.- ¿Qué compromiso nos pide el Señor?
Conocer la voluntad del Padre a través de las orientaciones de nuestros pastores, el Papa y los obispos, para poder cumplirla.

Los fariseos tenían la boca llena de Dios y de su ley, “no robaban ni mataban”, pero no practicaban lo que decían.

Los nuevos fariseos son muy católicos: Se casan por la Iglesia para dar gusto a la familia. Bautizan a sus hijos, porque es un requisito para entrar al colegio católico.
Deslumbran a los vecinos con la fiesta de la primera y última comunión de sus hijos. Y todavía se lamentan de que la Iglesia no les permite un segundo matrimonio eclesiástico, siendo tan católicos como son.

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Lo esencial de la vida cristiana es hacer lo que Dios quiere de nuestra vida, que siempre es lo mejor para nosotros.

La comunión con Cristo, ese misterioso habitar de Cristo en nosotros, nos libera y nos cambia de egoístas en altruistas. Así hay que entender la imitación de Cristo y la liberación que él opera en nosotros.

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El gran sueño de Jesús es que los que han sido liberados por él, los que se unen a él en la eucaristía formen una nueva sociedad de personas en comunión: que sean levadura y signo del mundo nuevo.

3.- ¿Cuál es mi respuesta, hoy?
* Si en mi vida hay rasgos del fariseísmo del hijo mayor, ¿qué es lo que voy a hacer esta semana para cambiar?

* Voy a definir algunos detalles para pasar de “parecer” buen cristiano a “serlo” de verdad, según el Evangelio de hoy.

* ¿Qué voy a hacer esta semana para conocer la voluntad de Dios, conociendo las orientaciones del Papa?

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Lectura del Santo Evangelio, según San Mateo

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: ‘Hijo, ve a trabajar hoy en la viña’. Él le contestó: ‘Ya voy, señor’, pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Este le respondió: ‘No quiero ir’, pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Ellos le respondieron: “El segundo”.

Entonces Jesús les dijo: “Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto se han arrepentido ni han creído en él”.

Palabra del Señor.
Asamblea: Gloria a ti, Señor Jesús