El piloto español Fernando Alonso es el favorito para ganar.

Tardó un poco más que los otros motores de los bólidos en encenderse, pero ya está en marcha. Solo era cuestión de que se calentara para echarlo a andar.

El ambiente festivo, colorido, espectacular y desenfrenadamente ruidoso de la Fórmula Uno corrió ayer con el acelerador a fondo, representado por una multitudinaria masa humana de diversas nacionalidades, por las calles aledañas al autódromo de Interlagos.
Y se movió aprisa para tratar de observar las dos últimas sesiones de ensayos libres y la prueba de clasificación (Fernando Alonso será primero en la parrilla de salida; su máximo rival, Kimi Raikkonen, quinto).

Instalada la expectativa, la concurrencia de ayer hace prever que hoy, cuando comience la carrera (12h00 de Ecuador), el aforo de 120.000 localidades del circuito, ubicado al sur de Sao Paulo, estará cubierto.

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También el carnaval vivido ayer subirá de intensidad. La caminata de doce o quince cuadras, desde donde el operativo de tránsito permitió estacionarse, hasta cualquiera de los 17 accesos del escenario, significó un desfile de seguidores de la F1 venidos de diversas partes del mundo. Alemanes e italianos uniformados con el color rojo de la escudería Ferrari, listos a alentar a Michael Schumacher. Los gritos de ¡Forza Schumi! se mezclaron con los de la torcida brasileña, ansiosa de que Rubens Barrichello se despida del equipo itálico con una victoria en casa.

Una mancha celeste (el color de Renault) con acento español coreaba un ¡Alonso campeón!, callada por los bulliciosos aficionados colombianos que siguen a su compatriota Juan Pablo Montoya, compañero del finlandés Kimi Raikkonen, de McLaren-Mercedes, único corredor que puede impedir hoy la coronación del asturiano Alonso. Ingleses, paraguayos, chilenos, mexicanos, venezolanos, estadounidenses y también ecuatorianos completaron la marcha internacional que se repetirá hoy.

Todos ellos pueden ser testigos de un hecho sin precedentes si Alonso se proclama como el mejor de la temporada 2005 de la Fórmula Uno. El piloto hispano sería el campeón más joven de la historia, con 24 años, un mes y 27 días. Caería el récord del brasileño Emerson Fittipaldi, que logró el primeros de sus dos títulos en 1972, cuando tenía 25 años, 8 meses y 29 días.

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La relevancia histórica de la 34ª edición del Gran Premio de Brasil la destacaron los principales diarios de este Estado. “Nunca un GP de Brasil valió tanto. Por fin un Gran Premio”, publicó ayer Folha de Sao Paulo, en un suplemento especial sobre la competencia. “Por primera vez desde que empezó a ser parte del calendario de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), la carrera brasileña puede decidir un campeonato mundial”, dijo Lance.

Según Folha, Alonso tiene el 82% de oportunidades de lograrlo, le basta con llegar en tercer lugar. Sería histórico. Acabaría el prolongado reinado de Schumacher, por primera vez España tendría un campeón en este deporte y la Fórmula Uno “volvería a hablar en español” desde 1957, cuando el argentino Juan Manuel Fangio logró su quinta y última corona.

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CARRERAS

NOMBRE
El circuito de Interlagos fue inaugurado el 12 de mayo de 1949. Originalmente su extensión era de 7.823 km. En 1989 fue remodelado y se redujo el tamaño a 4.309 km. Su nombre oficial es José Carlos Pace, en honor a un afamado automovilista brasileño que murió en un accidente aviatorio.

POSIBILIDADES
Las probabilidades de que Alonso gane es si termina en el podio, cualquiera que sea su ubicación; si finaliza cuarto o quinto y Kimi Raikkonen (su inmediato seguidor) no suma puntos y si culmina sexto o séptimo y Raikkonen alcanza el tercer lugar.