La 5ª Ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC), que prevén suscribir Colombia, Ecuador y Perú con los Estados Unidos (EE.UU.) concluyó ayer con una frase en la que pocos hallan sentido, pero a la que muchos recurren para dar una respuesta: “Nada está terminado hasta que todo esté terminado”. Lo cual significa que solo al final de la negociación habrá resultados.

Cristian Espinosa, jefe negociador ecuatoriano, también acude a esa frase para evaluar la cita que se efectuó en Guayaquil, desde el 25 de octubre hasta ayer. Admite que hay cambios en la negociación y que existen factores determinantes como la elección presidencial en Estados Unidos. ¿Bush o Kerry? Dice que le da igual, pues con uno o con otro, el Gobierno firmará el TLC.

Pregunta: Una vez que terminó la 5ª Ronda, ¿cuál cree que fue el mayor avance?
Respuesta: Lo más destacado es haber dado la vuelta a dos temas: primero, alcanzamos los primeros acuerdos y, segundo, eso significó cambiar el ritmo de la negociación. También está el debate interno del país, de la sociedad, del Congreso.

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P: ¿Está satisfecho con la participación que tuvieron esos sectores?
R: No voy a decir que estoy plenamente satisfecho porque tenemos diferencias todavía, pero estamos construyendo un consenso nacional. No sé cuál, pero tengo expectativas.

P: Han pasado cinco rondas (incluida la de Guayaquil) y el tiempo que queda parecería insuficiente para concluir los temas pendientes.
R: Veremos qué sucede al final del proceso. Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a ese puente.

P: ¿Cree que en dos rondas, de cinco días cada una, se podrá definir el TLC?
R: Quedan diez días de reuniones entre Estados Unidos y los tres países andinos. Pero, sin duda, quedan muchos días de negociaciones. Hablamos por teléfono, por videoconferencias. Este proceso es para ir construyendo poco a poco un gran andamiaje.

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P: ¿Qué le hace pensar que el tiempo que resta es el suficiente?
R: Lo importante es enfocarse en los temas pendientes. No vamos a apresurarnos ni a hacer las cosas al apuro. Nos tomaremos el tiempo necesario para hacer bien las cosas.

P: ¿No teme que al dejar para el final los temas fundamentales (propiedad intelectual, agricultura y acceso a mercados) se firme un acuerdo inconveniente para el país?
R: Vamos a negociar algo que sea conveniente nos tome el tiempo que nos tome. Los procesos de negociación tienen esta metodología, de ir poniendo las cosas difíciles al final. Hay momentos en que hay que tomar decisiones y este es el momento. Otros tomaron un camino, siguieron adelante e hicieron los cambios necesarios, mientras nosotros estamos en una situación que, aunque no es tan mala, no es sustentable.

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P: ¿Sintió presiones en esta Ronda de Guayaquil?
R: Sí, presiones de muchos lados, de los sectores, de los medios de comunicación que quieren cumplir con su trabajo y transmitir la información; de las autoridades de Gobierno que quieren un buen manejo político y también presiones dentro del equipo negociador en favor de ciertas posiciones. Hay intereses muy claros e identificados.

P: ¿EE.UU. también presionó?
R: La presión normal de la negociación.

P: En los pasillos se mencionó que EE.UU. tenía una posición inflexible. Todo lo contrario de los países andinos.
R: No hay posición flexible. A nuestro criterio, hubo ciertos puntos de inflexibilidad de Estados Unidos y eso se lo manifestamos. Ellos responden que los inflexibles somos nosotros.