Los soldados de una división especial del ejército estadounidense desquitaban su frustración torturando sistemáticamente a detenidos iraquíes entre el 2003 y el 2004, golpeándolos con bates de béisbol y arrojándoles sustancias químicas, de acuerdo con un grupo de derechos humanos.

El informe de Human Rights Watch difundido el viernes fue compilado a través de entrevistas con un capitán y dos soldados que se desempeñaban en la división Aerotransportada 82, apostada en una base militar llamada Mercury, cercana a Faluya, el fuerte insurgente que las fuerzas estadounidenses volvieron a tomar el año pasado.

Los soldados, que hablaron a condición de mantener su nombre en el anonimato, dijeron que los abusos sucedían casi a diario y con frecuencia bajo órdenes. Cualquier cosa que no causara la muerte de un prisionero estaba permitida, expresaron.

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Los residentes de Faluya, ubicada a unos 65 kilómetros al oeste de Bagdad, apodaron a los soldados de la base militar   los maníacos asesinos, según Human Rights Watch, cuya sede está en Nueva York. Los soldados consideraban este nombre una   insignia de honor, indicó.

El informe expresó que los soldados de la 82a división Aerotransportada privaban a los detenidos de sueño, agua o alimentos, los sometían a condiciones de extremo calor y frío, los hacían formar pirámides humanas, los golpeaban en la cara, y les colocaban sustancias químicas en la piel o en los ojos.

Uno de los soldados supuestamente dijo al grupo que el personal de inteligencia militar, ansioso por obtener información, con frecuencia ordenaba a los soldados que "fumaran" a los detenidos durante los interrogatorios, señaló el informe.   Fumar a los prisioneros significa abusar físicamente de ellos hasta que pierdan la conciencia.

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El momento en que tuvieron lugar las presuntas torturas coincidió con los abusos de prisioneros cometidos por los soldados estadounidenses en la cárcel de Abu Ghraib, cerca de Bagdad, en el 2003.

El portavoz del Departamento de Defensa teniente coronel John Skinner criticó el informe como un esfuerzo previsible de intentar   proponer una agenda a través del uso de distorsiones y errores.

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Dijo que el ejército ha investigado todas las alegaciones creíbles de abusos de detenidos y   observado bajo un microscopio a todos los aspectos de los operativos de detención.