La decisión de la oposición de izquierda y derecha de avanzar en el Congreso para levantarle la inmunidad al presidente Enrique Bolaños y la orden de un tribunal de liberar al ex mandatario Arnoldo Alemán, condenado por corrupción, hizo estallar una nueva crisis política en Nicaragua.
Uno de los detonantes de la nueva crisis se expresó en el desafuero decidido por el Parlamento, controlado por liberales y sandinistas, del ministro de Gobernación, Julio Vega, y del viceministro de Agricultura, Mario Salvo.
La Organización de Estados Americanos prepara el envío de otra misión a Nicaragua. La embajada de EE.UU. en Managua calificó ayer de “asalto a la democracia” el desafuero.
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El Congreso y Bolaños están enfrentados desde inicios de año por una reforma a la Constitución que le resta poderes al Presidente.
El líder sandinista Daniel Ortega alista un golpe de Estado y por eso impulsa el retiro de la inmunidad a su gabinete, denunció el portavoz presidencial Lindolfo Monjarrez.