El 21 de noviembre de 2002, para fomentar en mis hijos el ahorro, abrí dos cuentas de 200 dólares cada una en un banco de la localidad.

Al paso de casi tres años consulté los saldos y me llevé la penosa sorpresa. Cada uno tiene la cantidad de ciento cincuenta y dos dólares con noventa y nueve centavos ($ 152,79). Hemos perdido alrededor de noventa y cuatro dólares.

¿No les parece irónico? Tengo que correr a cerrar esas cuentas para no seguir perdiendo.

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Arq. Octavio Villacreses Peña
Guayaquil