Recuerdo que cuando niño viajaba con mi padre de la ciudad de Milagro a Guayaquil, y se cruzaba el río desde Durán en gabarra; una experiencia que en mi niñez resultaba fascinante, disfrutaba la majestuosidad de esas aguas saludables, que me motiva a respetarlo, a sentirlo propio.

Con tristeza, al pasar los años, veo que el río está descuidado, que lo estamos perdiendo y es hora de recuperarlo. ¿Será porque al no dar réditos políticos, los gobernantes de turno no han pensado en invertir en él, y les resulta poco atractiva esa idea? Craso error que significa arrancarnos parte de nuestra identidad, al cortar la oportunidad a nuevas generaciones de disfrutarlo.

Señor Alcalde, usted que a través de la Alcaldía de Guayaquil ha sabido ganarse un lugar en la historia del país, que le gusta asumir nuevos desafíos en bien de su ciudad, le pido que por favor vaya en auxilio de su río, mi río, el de todos los ecuatorianos, y extranjeros, que tenemos el privilegio de admirarlo. El río también es un destino turístico y puede anexarlo a la Fundación Malecón 2000, lo que le permitirá ir en su rescate; de no poder hacerlo, sí amerita una nueva fundación para salvar nuestro río.

Publicidad

Colón V. Quiroz Ferruzola
Guayaquil