Levanto mi protesta como usuario de cierta empresa de telefonía celular. Vemos por televisión publicidades impresionantes que dicen que son empresas grandes, y uno cuando las ve por primera vez se impresiona por lo que nos van a brindar a quienes mantenemos líneas de teléfonos con esas compañías.

Pero pasan los días desde que estas empresas asumen controles y uno se queda perplejo por el servicio. El sistema de mensajes escritos al mes se suspende parcialmente dos a tres veces, los mensajes no llegan a su destinatario y son contabilizados y rebajados de los denominados “paquetes”. Cuando sucede esto, los números de atención al cliente los suspenden, y así unas veces uno tiene más de dos horas llamando y nadie contesta.

Es triste reconocer que nuestro país es tierra de nadie y que nosotros, los usuarios que damos vida a esas empresas, seamos vilipendiados. Es hora de que las autoridades hagan respetar los derechos que merecemos.

Publicidad

Eco. Jorge Andrade A.
Guayaquil