Nueve estadounidenses, entre ellos cinco militares,  murieron entre el lunes y ayer en Iraq, mientras dos soldados  británicos detenidos el pasado lunes por la policía iraquí fueron  liberados en una acción contra milicianos chiitas que los secuestraron.

Con estas bajas, ascienden a 1.898 los militares estadounidenses  fallecidos desde la invasión de Iraq.