Las cuatro compañías que surten de combustible a las embarcaciones pesqueras que zarpan de Manta sufrieron pérdidas económicas con la escasez de diésel.

Con la suspensión de la distribución del combustible en la terminal de Barbasquillo, los barcos cargueros tuvieron que abastecerse en la provincia del Guayas.

Aquello representa un viaje de quince días desde que la embarcación sale de Manta, se abastece de combustible en La Libertad, en Guayas, y retorna. Los comercializadores perdieron hasta dos mil dólares diarios durante la escasez.