Las autoridades encargadas de la distribución y venta del gas licuado de petróleo dicen que hay gas, pero hay distribuidores del centro de la ciudad que deben cerrar sus puertas porque el producto no les llega en dos o en tres días.

En El Salitral se observa las salidas de tráilers a otras provincias. Hay transportistas propietarios de ocho, diez camiones a los que no se les controla el reparto que deben hacer a los distribuidores exclusivos. Esos transportistas abren centros de distribución acaparando el producto.

Los distribuidores que no tenemos transporte (la mayoría) clamamos a los encargados de la comercialización que organicen el reparto hacia todos los puntos de ventas señalados por la Dirección Nacional de Hidrocarburos; que se controle a los transportistas y entregue a los distribuidores diariamente el cupo que corresponde, pues esos transportistas llenan sus bodegas haciendo que los tricicleros y otros subdistribuidores les compren creando especulación.

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Lcdo. Washington Hidalgo Coronel
Guayaquil

Es conocido que el gas escapa por la frontera sur y norte y los combustibles también; cito como ejemplo que por enero de este año estuve en la ciudad de Macará –frontera con Perú– y de las tres gasolineras que existen, ninguna tenía gasolina para mi vehículo, lo que me obligó a cruzar la frontera para abastecerme de combustible a $ 4 cada galón y luego regresar a Ecuador; no sin antes preguntar a los vecinos del lugar (tiendas, restaurantes, hogares), ¿por qué Macará estaba sin combustible?, y la respuesta fue: “El combustible pasa al Perú con la venia de autoridades”.

Es allá donde el Ministro de Gobierno tiene que presionar a los gobernadores e intendentes de las respectivas provincias fronterizas para controlar el desabastecimiento del gas. Es cierto que el gas subsidiado debería ser solo para uso doméstico, pero como consuelo nos queda que esa utilidad que se gana el taxista, el arrocero, o el industrial –por la diferencia de precio del galón de combustible al cilindro de gas– es dinero que circula en el comercio dentro del Ecuador, y no en Perú o en Colombia; pues estos ecuatorianos que obtienen este ahorro a su vez lo gastan en repuestos, vestimentas, electrodomésticos.

Es momento de que se incremente el valor del cilindro de $ 1,60 precio actual, a $ 2,20 –en la práctica todos pagan $ 2– precio que permitirá recaudar $ 2’711.988 mensuales al Estado. Según la Dirección de Hidrocarburos el país consume 2.260 toneladas por día, igual a 150.666 cilindros.

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Francisco Rafael Medina H.
Guayaquil