El cristiano asume la política para construir un mundo nuevo y justo

1.– El mensaje de la Palabra de Dios
La parábola narrada en el Evangelio es un testimonio de la bondad de Dios que, compadecido de aquellos hombres, les paga, sin merecerlo, un salario desproporcionado a su trabajo.

Las primeras comunidades cristianas descubrieron en esta parábola la entrada de los paganos en la Iglesia.

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El denario, un regalo inmerecido, en los nuevos tiempos inaugurados por la  llegada del Reino, es igual para todos.

2.– ¿Qué compromiso nos pide el Señor?
Escuchar la llamada del Señor, y asumir la tarea que él nos ha asignado en su Viña: la Iglesia y el mundo (Vocación y Misión del laico N. 2).

En la Iglesia: “La obligación de los laicos es dar testimonio de Cristo con la vida y la palabra, en la vida familiar y social” (Ag. 21,1).

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En el mundo; “La tarea principal del laico es impregnar el mundo del espíritu de Cristo” (LG 36,2). “Tener conciencia clara del papel que le corresponde en la comunidad política, y asumiendo responsabilidades”.

“Preparándose para participar en la política y asumir el compromiso de luchar contra la injusticia y la opresión” (GS 75. 5,6).

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Los laicos, a partir del Concilio Vaticano II, han ido asumiendo tareas en la Iglesia, no como una concesión de la jerarquía, sino por su condición de bautizados. Pero la mayoría aún tiene miedo a asumir su responsabilidad como creyentes, en el campo de la política.

Hay que asumir la política como un compromiso de fe, y usar esos espacios de toma de decisiones, para cambiar el país poniendo los intereses de todos por encima de los intereses de partido o de grupo.

3.– ¿Cuál es mi respuesta, hoy?
* Integrarme en la parroquia en algún grupo bíblico, litúrgico, de catequesis, de pastoral juvenil o familiar.
* Procurar seguir las noticias nacionales para conocer la opinión de los diversos sectores, y el rumbo que toman las decisiones políticas más significativas.
* Integrarme en algún grupo de base de reflexión cívica o política.

EVANGELIO

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Lectura del Santo Evangelio según san Mateo
Asamblea: Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo”. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo. Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía otros que estaban en la plaza y les dijo: “¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?” Ellos le respondieron: “Porque nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña”.
Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: “Llama a los trabajadores y págales su jornal,  comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros”. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.

Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: “Esos que llegaron al último, solo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor”.

Pero él respondió a uno de ellos: “Amigo, yo no te hago ninguna injusticia ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?” De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos”.

Palabra del Señor.
Asamblea: Gloria a ti, Señor Jesús.