Las fuerzas de seguridad palestinas cerraron la frontera sur de Gaza el domingo por la madrugada, dijeron las autoridades, poniendo fin al cruce caótico a Egipto tras el retiro israelí del territorio, informó AP.

Adnan Barbach, vocero de las Fuerzas Nacionales de Seguridad palestinas dijo que todas las brechas fueron cerradas y 2.000 agentes de seguridad estaban apostados en la frontera. Dijo que palestinos y egipcios colaboraban para que las personas varadas a los dos lados de la frontera pudieran regresar a sus hogares.

El caos en la frontera fue una prueba crucial para el titular de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, presionado por Israel para que demuestre que puede controlar el territorio. Abbas se dirigía a Rafa el domingo.

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"Lo importante para nosotros es cerrar las brechas y detener la falta de seguridad", dijo Abbas, quien inspeccionó la frontera antes de una reunión con comandantes egipcios y palestinos.

La seguridad en la frontera se derrumbó la semana pasada apenas Israel terminó de retirarse de Gaza.

Miles de palestinos cruzaron la frontera a Egipto a hacer compras, reunirse con parientes o festejar, pero funcionarios palestinos dijeron que hubo contrabando de drogas y armas.

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La policía palestina patrullaba la frontera el domingo por la mañana e impedían los cruces. Cerradas las brechas del muro, palestinos furiosos por no poder cruzar amenazaban con regresar con milicianos de Hamas y cohetes de fabricación casera.

Cientos de personas, en su mayoría egipcios, hacían cola en el cruce fronterizo de Rafa, donde la seguridad verificaba sus documentos de identidad y les permitía regresar a su país. No se permitía el cruce de palestinos a Egipto.

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Jamal Kaed, comandante palestino del sur de Gaza, dijo que la frontera sería reabierta en 48 horas, pero no entró en detalles.

Bajo un acuerdo con Egipto, Israel ordenó el cierre del cruce de Rafa por tiempo indeterminado, y que permitiría su reapertura en seis meses si Abbas imponía el orden en Gaza.

La disputa colocó a Abbas en una situación incómoda. Ante las elecciones parlamentarias de enero, Abbas necesita garantizar libertad de desplazamiento a su pueblo, bajo pena de perder apoyo, que iría al movimiento rival Hamas.

 

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