La formación de los estudiantes en tareas de producción industrial tiene sus ventajas. Para muchos, una de las opciones es la creación de una microempresa luego de la obtención de su título.

Daniel Espinosa, quien se graduó hace dos años como ingeniero químico en la Universidad Estatal de Guayaquil, es uno de ellos.

Espinosa comenta que los conocimientos y la práctica, adquiridos en el Instituto de Investigaciones José Baquerizo, le sirvieron para instalar un local de distribución de químicos junto a su vivienda en Sauces V (norte de la ciudad).

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La especialidad de Espinosa es la producción de agua y químicos para la agricultura. También comercializa cloro para las amas de casa, cuando recibe suficientes pedidos.

María Fernández, egresada de la Universidad Católica, en cambio, trabaja ahora para la panadería de su padre.

Cuenta que luego de aprender varias técnicas de elaboración de lácteos colabora en la preparación de yogur, leche, mantequilla y otros ingredientes necesarios para la panificación.

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Dentro de sus expectativas, dice, está la apertura de una segunda panadería, “pero esta vez trabajaré sola, seré mi propio jefe”, asegura.

José Macías, graduado de la Estatal, afirma que a pesar de no contar con un local propio, trabaja directamente en la  distribución de sus productos químicos.