Funcionarios de carrera de la Cancillería denuncian que con esto el Procurador ha caído en una contradicción, pues dos resoluciones suyas anteriores dictaminaron lo contrario.

Más allá de la validez legal de la resolución citada, no nos cabe duda de que en la misma influyeron presiones políticas. No encontramos otra manera de explicar esto de que el Procurador se preste para aumentar la cuota política de un Gobierno que solo tendrá quince meses más de gestión por delante.

Es perfectamente conocido que en algunas delegaciones diplomáticas del Ecuador, el trabajo cotidiano lo hacen en realidad funcionarios de carrera que tienen experiencia y que conocen con detalles las responsabilidades que les toca cumplir. De tal modo que el amigo, el pariente o el compadre designado en esos lugares como embajador o cónsul –no por interés nacional sino por compromisos– lo único que consigue es incrementar gastos innecesariamente, además de que envía un mensaje confuso a los gobiernos amigos, que no comprenden cómo así un país que dice estar saliendo de una crisis económica muy profunda, se dé lujos que otras naciones más prósperas no se permitirían.