El futbolista argentino Carlos Azcurra, quien fue abaleado el domingo por un policía en un campo de juego de la provincia de Mendoza, registró una mejoría en las últimas horas, aunque su cuadro es reservado, señaló ayer una fuente médica.
Azcurra, de 28 años, futbolista de San Martín –que juega en la División de Ascenso–, sigue internado en una sala de cuidados intensivos de un hospital de Mendoza con pronóstico reservado, después de ser sometido el lunes a una operación de cuatro horas en la cual le sacaron un tercio de un pulmón.
El cabo primero Marcial Maldonado, de 42 años, autor del disparo de una bala de goma a quemarropa contra Azcurra, ofreció disculpas por la agresión al alegar que fue “un accidente”, pero la madre del jugador rechazó las excusas.
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“Matar a alguien es lo menos que quise hacer. Por favor, sepan entender esto”, rogó en una carta difundida por la prensa del distrito y afirmó que lo ocurrido fue “involuntario”.
La fiscal de Mendoza, Liliana Curri, acusó de “tentativa de homicidio” al policía que permanece detenido por haber disparado contra Azcurra a menos de un metro de distancia, en medio de incidentes durante el partido que su equipo perdía el domingo ante Godoy Cruz por 3-0, en el clásico de la provincia.
“No quiero nada de nadie, solo que mi hijo se recupere. ¿Hasta cuándo se van a equivocar, hasta cuándo van a pedir disculpas? Dice (el policía) que tiene 20 años de servicio, pero actuó como un novato. Mi hijo solo quería mediar y en cambio él estaba totalmente enfurecido”, respondió la madre del jugador, Fanny de Azcurra.
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El episodio causó conmoción en Argentina, donde los canales de televisión repiten incesantemente las imágenes del policía disparando contra el jugador cuando este trataba de frenar a los uniformados que reprimían a los hinchas.