El pueblo de Guayaquil paga mediante el consumo de alumbrado eléctrico una tasa para la recolección de basura equivalente al 12,5% al Municipio del cantón, que a su vez ha entregado el cumplimiento del servicio al Consorcio Vachagnon, para que limpie la ciudad.

Han pasado varios años de que el importante servicio de limpieza se encuentra a cargo de Vachagnon, con el agravante que han adoptado los mismos vicios del que adoleció el “famoso” Departamento de Aseo de Calles Municipal. En la actualidad existen áreas de la ciudad que son atendidas ocasionalmente a la semana. No barren las aceras, calles peatonales, ni limpian los bordillos, pues solo se limitan a recoger las fundas de basura, razón por la cual en muchos sitios de la ciudad hay hacinamientos de basura, tierra y lodo en las aceras y bordillos, levantándose grandes polvaredas que afectan las vías respiratorias.

Cuando empresas que por negligencia, error o ignorancia afectan la ecología,  la salud pública y  los derechos humanos que son patrimonio del hombre, la Municipalidad –que es por ley administradora de la ciudad– debe exigir el cumplimiento estricto de las obligaciones que ha contraído en cuanto a la limpieza de la urbe.

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CPA. Ernesto Colombo
Guayaquil