Me dirigí a la terminal terrestre para enviar una caja de tamaño mediano a otra provincia.

En el parqueadero llamé a una de las personas que laboran trasladando la carga hasta adentro. Le pregunté cuánto me cobraría y –para mi asombro– me dijo dos dólares si era abajo, y cuatro si era arriba. Me pareció exagerado, pues talvez una carrera de taxi resultaba más barata por un traslado de unos cuantos metros de distancia. Quedamos en un dólar.

Ese mismo día realicé la misma diligencia otra vez y la tarifa fue igual. Me pregunto, ¿las tarifas por este servicio quedan a criterio de los empleados? ¿Ellos reciben un sueldo o pueden imponer estas tarifas a su antojo? Si por una caja pequeña cobran así, ¿cuánto pedirán cuando se trate de un bulto mayor? ¿Quién controla estas tarifas que a simple vista constituyen un abuso?

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Ojalá las autoridades respectivas sepan responder  estas interrogantes.

Ing. Rafael Reyes Mora
Guayaquil