Los trabajadores, cuya principal herramienta es la brocha gorda, apuestan a la asociación como una estrategia de sobrevivencia para su actividad. El beneficio potencial: estabilidad laboral y mejores salarios.

Los pintores de brocha gorda están decididos a salir de la informalidad para convertirse en microempresarios que ofrezcan servicios de mayor calidad.

Para ello, el gremio –que ha permanecido por varios años en una severa crisis laboral– busca en la asociación la posibilidad de mejorar su mano de obra.

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La Asociación de Trabajadores y Pintores Autónomos de la Provincia del Guayas (Atpag) surgió hace cuatro años, cuando el país experimentaba con fuerza los efectos de la dolarización, tras la crisis bancaria. Ahora, con una cuota de $ 5 mensuales, los agremiados adquieren varios beneficios.

Entre ellos, según Víctor Soriano, tesorero de la agrupación, constan la garantía de obtener un trabajo bajo contrato, capacitación, préstamos (desde el décimo mes de membresía) hasta el financiamiento de pagos mortuorios en caso de accidentes laborales.

De estos beneficios, el de mayor acogida es la capacitación, cuenta Jacinto Aguilar, quien se dedica a la actividad por 30 años. Los seminarios reciben el impulso y financiamiento de las empresas que fabrican pinturas como: Pinturas Unidas, Pinturas Ultra, Aditec y Sika.

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“Estos cursos a los que nos convocan por temporadas son buenos; enseñan las últimas técnicas de manejo y mezcla de pinturas, inclusive decoración”, sostiene.

Walter Rivera, de 40 años, considera que este mecanismo de organización es más efectivo cuando se trata de encontrar un trabajo. “Vivir de ‘cachuelos’, estando solo es peor”, dice.

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“Nos han marginado desde hace mucho tiempo, ya no nos llaman de los trabajos de regeneración en la ciudad, tampoco estamos trabajando con inmobiliarias; entonces necesitábamos algo con qué defendernos, por eso optamos por agruparnos”, argumentó el artesano.

Cuando los asociados trabajan para entidades gubernamentales o inmobiliarias, la ganancia fluctúa entre 60 y 80 dólares al mes, por persona. Sin embargo, admite Rivera, “hay ocasiones en las que no cumplen con los pagos y eso nos perjudica”.

En cambio, en los trabajos independientes,  por cada ‘mano’ (trabajo de pintura) en una vivienda, perciben un promedio de 2 dólares por cada metro cuadrado, y 3 dólares en la fachada.

Y aunque los resultados de este esfuerzo de asociación, medidos en número de contratos por mes, no son todavía alentadores, Víctor Soriano, miembro de la directiva, insiste que el gremio facilita la búsqueda de un trabajo. Luego del trámite de afiliación, la Asociación recoge la información del trabajador y la ubica en una base de datos que servirá para contactarlos con clientes.

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“Con esto ya no es necesario que los trabajadores estén en las esquinas mendigando por trabajo. Aquí se les garantizará el pago negociado con el cliente”, acota. Además de Guayas, existen otras asociaciones de pintores en Los Ríos.

Datos

Accidentes
Familiares de los miembros de la Asociación de Pintores del Guayas pueden recibir hasta $ 500 para gastos mortuorios por accidentes.

Arriendo
El local en el que funciona la sede de la Asociación de Pintores se arrienda por 160 dólares mensuales. Este rubro está financiado por una fábrica de pintura.
Además, el gremio recibe auspicio de las fábricas para ejecutar otras actividades de tipo laboral.

Microempresas
Varios miembros de la Asociación esperan organizar su propia microempresa a futuro. Por el momento se preparan a través de seminarios en técnicas de pinturas para edificaciones y viviendas.

140 MIEMBROS
forman parte de la Asociación de Trabajadores y Pintores Autónomos de la provincia del Guayas. De ellos, 40 socios son pasivos.