Todos los pasajeros y tripulantes de un pequeño avión de una aerolínea de Colombia secuestrado este lunes por un discapacitado físico y su hijo fueron liberados tras de un acuerdo con una comisión negociadora, dijeron testigos y las autoridades.
Imágenes de televisión mostraron cuando descendían los pasajeros del avión de turbo hélice, secuestrado cuando cubría la ruta entre la ciudad de Florencia, la capital del selvático departamento del Caquetá, y Bogotá, en donde aterrizó.
"Gracias a Dios todo concluyó bien, todos los pasajeros estamos bien y libres", dijo el abogado Reinado Duque, uno de los ocupantes de la aeronave.
La Fuerza Aérea y la Policía confirmaron el fin del secuestro, pero no revelaron de inmediato los detalles de la negociación que lo permitió.
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Un hombre en silla de ruedas y su hijo de unos 23 años desviaron el vuelo a Bogotá en donde los aeropiratas permitieron descender a todos los pasajeros.
El avión de la aerolínea colombiana Aires fue secuestrado poco antes del mediodía tras partir de Florencia, capital del departamento de Caquetá (sur) con destino hacia la ciudad de Neiva, según la Fuerza Aérea.
El turbohélice Dash 300 de fabricación canadiense aterrizó en Bogotá hacia las 13H05 locales (18H05 GMT), donde los secuestradores permitieron bajar primero a las mujeres y niños, y luego al resto de pasajeros, que informaron que los aeropiratas afirmaron estar armados con granadas.
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Un grupo de tres negociadores, entre ellos un sacerdote católico, permaneció en el interior del aparato junto con los dos pilotos y los aeropiratas.
Los secuestradores, según las radios, reclaman que la Policía les pague una indemnización por los daños que les causaron hace una década cuando allanaron su vivienda.
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Las operaciones aéreas nacionales e internacionales en El Dorado fueron canceladas y cuerpos élite de la policía y el Ejército fueron desplegados en sus alrededores.
Es el quinto secuestro de un avión que se presenta en Colombia desde 1999. En febrero de 2002 un avión de la misma aerolínea y cumplía una ruta similar fue secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en un hecho que provocó el fracaso de las negociaciones que llevaba a cabo ese grupo con el gobierno colombiano.