Veamos los hechos. Se informó primero que los fondos de reserva de un buen número de afiliados no aparecían porque muchas empresas no han cumplido con su obligación de depositar el dinero de los trabajadores, e incluso se dio una lista de los mayores deudores. Luego se dijo que la lista estaba errada, pero no apareció ninguna lista nueva, ni se demandó a nadie, ni se hizo nada para recuperar esos dineros.

Ahora resulta que muchos afiliados que reclaman sus fondos demuestran con documentos que ellos sí están al día en sus aportes al IESS, pero que aun así hasta ahora no se los atiende. Consultados los voceros del Seguro, estos contestan que en el sistema informático hay algunos “errores”, pero no aclaran cómo se originaron, ni en qué consisten.

Las autoridades del IESS deberían dar mayor importancia a averiguar qué está ocurriendo: si de verdad esos “errores” en el sistema existen, o si alguien se está aprovechando de las gravísimas deficiencias tecnológicas en el IESS para manipular las cifras y trasladar fondos de una cuenta a otra.

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Sabíamos que los fondos del IESS estaban siendo atracados; pero podría ser que ni imaginemos hasta dónde eso es verdad.