El presidente estadounidense George W. Bush dijo el viernes que Estados Unidos debe vencer al extremismo islámico en “una batalla de ideas” global, al rememorar los atentados del 11 de septiembre del 2001, poco antes de cumplirse cuatro años de la tragedia que enlutó al país.

La guerra contra el terrorismo “no será ganada solo con la fuerza de las armas. Debemos vencer a los terroristas en el campo de batalla y vencerlos también en el combate de ideas”, dijo en un discurso en el Departamento de Estado.

Ayer, en su programa semanal de radio, Bush vinculó una vez más los atentados del 11 de septiembre y la tragedia del huracán Katrina sufrida por los estadounidenses.

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Hoy, el mandatario estadounidense participará de un oficio religioso en una iglesia cerca de la Casa Blanca, y luego de la ceremonia anual de silencio en la mansión presidencial, informó el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan.

En tanto, un sondeo del Instituto Ipsos difundido ayer, indicaba que la aprobación presidencial bajó al 39%, mientras que dos tercios de los ciudadanos creen que el país va por mal camino.

Bush no aludió a las críticas por el mal manejo del desastre del Katrina y optó por recordar el espíritu de unidad nacional que se vivió tras los atentados del 11-S, estrategia que ha utilizado cada vez que se ha visto acorralado, y que en esa época le dio una popularidad del 83% y la imagen de un líder que se crece ante la adversidad y no duda en tomar decisiones difíciles.

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Pero la guerra de Iraq, levantada sobre la base de la destrucción de armas masivas que nunca se encontraron, y los intentos de Bush por ligarla a la guerra global contra el terrorismo después del 11 de septiembre, ha contribuido a la división de sus partidarios.