Martinho José Ferreira (su nombre de pila) es considerado el  mejor intérprete y compositor de samba. Escribió su primer tema a los 15 años y desde ahí la música es parte de su vida.

Considerado uno de los más importantes intérpretes y compositores de samba en Brasil, Martinho da Vila (67 años) estuvo en Quito por la celebración del aniversario 183 de la independencia de Brasil, el miércoles pasado, y el jueves presentó en concierto su última producción discográfica  Brasilatinidade.

Pregunta: ¿Usted es un artista reconocido internacionalmente, ¿cómo encuentra el tiempo para participar en una Escuela de Samba de barrio?
Respuesta: Soy presidente honorario de la Escuela de Samba de Vila Isabel (ubicado al norte Río de Janeiro). Por supuesto, no tengo mucho tiempo, y hay un presidente ejecutivo que se encarga del funcionamiento cotidiano. También formo parte del ala de los compositores. Para mí es importante seguir teniendo ese tipo de relación con la gente. Ahora tenemos la competencia de “samba enredo”; hacía tiempo que no escribía para la Escuela, pero esta vez hice una samba. Estoy un poco nervioso, porque voy a competir este año (risas). Es un homenaje a Simón Bolívar, se llama “Estoy loco por ti América”; es una muestra de nuestro compromiso con la unidad continental.

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P: En 1997, usted abrió un local en Vila Isabel y lo bautizó O Butiquim do Martinho. ¿Aún funciona?
R: Sí, es un bar y un punto de encuentro de músicos, de conciertos. Está en medio de un shopping, y ya se sabe que en el mundo entero todos los centros comerciales tienen la misma cara. Pero el “Butiquim” sí tiene un toque diferente, no es con fines de lucro. A veces perdemos plata, a veces no. Basta que pérdidas y ganancias empaten, lo importante es la música.

P: Como gran defensor de la lucha contra el racismo, ¿cree que ha habido avances en Brasil?
R: Hoy en día, estoy un poco menos empeñado en esta lucha, pero no menos comprometido. Los primeros años del movimiento negro fueron para denunciar los problemas. Después pasamos a una fase de reconocimiento de la importancia de la cultura negra, una afirmación. Ya nadie se atreve a decir que en Brasil no hay racismo. Hoy estamos en la reivindicación de la participación en la vida activa, en la administración pública, en la élites.

P: Usted tiene fuertes vínculos con África. En eso está conectado con la política de proyección diplomática y cultural de Lula Da Silva. ¿Cómo lo acoge el público africano?
R: Para mí no se trata tanto de política, al menos en el sentido partidista. Mi compromiso con África es una cosa totalmente natural, sobre todo con los países de habla portuguesa. En Lisboa, Luanda, Bahía, el feeling del show es el mismo, la gente conoce mis letras y mis canciones, me siento en casa.

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P: En los países andinos, en los últimos tiempos, hay mucha importación de música brasileña de pésima calidad; por ejemplo un tipo de axé electrónico, ¿cómo reivindicar la auténtica música popular brasileña?
R: No sé cómo hacer (risas), así funcionan los medios comerciales, con una música de consumo inmediato. Creo que hay que traer grandes artistas, más espectáculos de calidad. Esta música más comercial no deja huella, lo que sí quedará son los grandes artistas como Caetano Veloso, Gilberto Gil, Chico Buarque...

P: ¿Cómo compagina la preservación de sus raíces con la innovación?
R: Es muy difícil. Todos tendemos a estar encasillados, a tener un público definido. El show que presenté la noche del miércoles es casi el mismo que hice en el Olympia de París (el pasado 7 de julio), o que puedo hacer en Lisboa, o en una plaza pública de Río de Janeiro.

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P: ¿Qué piensa de la gestión de Gilberto Gil como ministro de la Cultura?
R: Primero, como militante del movimiento negro, el hecho que haya un ministro negro me parece muy importante. Además, él es un gran artista, y eso es también un punto positivo. Ahora hay que decir que la cultura no pesa mucho en el presupuesto del gobierno, pero mejor tenerlo a él que a un ejecutivo de empresa o un economista (risas). Se podría hacer más, lo que se hizo en Quito por el Día Nacional de Brasil fue gracias a la iniciativa personal del embajador Sergio Florencio, pero traer un show como el mío, eso se debería hacer por todo lado. No cuesta tanto, se podría encontrar patrocinios.