El presidente de Francia, Jacques Chirac, salió ayer sonriente y por sus propios medios del hospital militar de Val-de-Grace, donde había ingresado el pasado viernes, víctima de un “pequeño” accidente vascular.

Antes de reunirse con periodistas que lo esperaban, Chirac, acompañado de su esposa, Bernadette, dedicó varios minutos a despedirse del equipo médico que lo atendió.