“He tenido que sacar mi machete para que me paguen”, fue una de las frases que Víctor Bautista (42 años) pronunció mientras se  refería a sus experiencias en los quince años de aceptar contratos de quienes buscan personal eventual en las afueras de radio Cristal.

Como él, decenas de personas apostadas diariamente en las inmediaciones de la estación radial, situada en Luque y Antepara, ofertan sus servicios en trabajos de albañilería, gasfitería, soldadura, quehaceres domésticos y  aseo, en la mayoría de los casos.

Suelen permanecer por horas listos con sus herramientas en mano a la espera de que “salga algo” que les asegure la comida del día, refiere Bautista, quien afirma que posee los  conocimientos necesarios  para “defenderse en lo que sea”.

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Pero aun cuando la capacidad que destaca Bautista sea similar a la de sus colegas no siempre hay trabajo. Eran las 11h00 del miércoles pasado y el semblante apesadumbrado de la mayoría revelaba escasez de ofertas laborales.

Juegos de azar y conversaciones fueron las actividades con que “se mataba el tiempo”. Por momentos, una que otra carcajada irrumpía entre el ruido  proveniente de autobuses de transporte público que predominan en la calle Luque.

Otros,  en cambio, eran indiferentes. Guardaban silencio, profundamente ensimismados.

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Oferta que nadie aceptó 
De momento, la parada de un auto en el sector inquietó a más de uno. Segundos bastaron para que el vehículo se vea  rodeado por una veintena de desempleados ávidos de ser los elegidos por quien era un potencial contratante.

Al final, el carro continuó su rumbo aparentemente sin contratar a nadie.

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“El señor quería para arreglo de casa, pero que  la salida sea a las 18h00”, dijo una de las mujeres que desistió de la propuesta.

“Tengo dos semanas sin trabajar. Tengo mujer e hijo y aún no sale nada”, expresó preocupado un joven de 22 años oriundo de Babahoyo (Los Ríos), cuando vio perdida la oportunidad de trabajo.

Una fémina, que pidió la reserva de su nombre, dijo que quienes permanecen en el lugar a la espera de algún trabajo están expuestos a ser víctimas de abusos de sus patrones.

La aseveración fue ratificada por más de uno que expuso sus casos. La denuncia principal fue el incumplimiento en el pago.

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“Muchos hemos trabajado gratis y no sabemos cómo reclamar”, fue un comentario que denotó impotencia.

Desacuerdos en cuanto a la cantidad por pagarse, las condiciones de trabajo y la carga laboral fueron  causales para desistir de ofertas, según dijeron varios consultados.

“Abusan de que uno esté necesitado para imponer sus condiciones”, fue otro comentario de indignación.

Por ello, más de uno confesó enfrentar a su contratante. También es el caso de Bautista, quien dice que ya no saca su machete sino que “ahora que ando con Cristo les digo que arriba hay un Dios y me despido”.

TRABAJADORES

“Nosotros somos engañados. En muchas ocasiones no nos pagan o nos pagan incompleto.
O si no nos dan más trabajo que el acordado y si no lo hacemos nos tratan mal, incluso una vez me hicieron propuestas indecentes.

Aquí nos exponemos a que nos exploten, pero hay que trabajar en algo”.
Jackeline Segovia
Quehaceres domésticos

”La vida está tan cara que hombre y mujer deben trabajar para mantener el hogar.

Pero casi siempre nos estafan. Cuando nos quedan debiendo plata nos hacen volver otro día, pero cuando vamos se hacen los locos e incluso hasta sacan el timbre de la casa. Llegan a amenazar con acusarnos de robo si seguimos insistiendo”.
Sandra Mora
Quehaceres domésticos

”Aunque yo soy soldador debo ir a trabajar en lo que haya porque tengo que mantener a mi familia.

Aquí cuando uno no tiene un trabajo seguro hay que agachar con lo que salga.
Hoy salí solo con los veinticinco centavos del pasaje de la buseta y no tengo cómo regresar a casa”.
Alberto Bautista
Soldador