Los jubilados están decididos a no permitir el ingreso o salida de los empleados de las oficinas del Banco Central de Ecuador (BCE) en Guayaquil. Los pensionistas colocaron sus sillas en la puerta de ingreso de esta institución y se negaron a dejar el paso libre.

La presidenta de la Asociación de Jubilados Publio Falconi, Ruth Domínguez, demandó que la Superintendencia de Bancos acepte el aumento de pensiones que resolvió conceder el Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

Asimismo, los pensionistas cerraron la avenida Nueve de Octubre como parte de sus protestas. Pero esta vez, los jubilados lanzaron consignas en contra de los “los 3.500 pipones que trabajan en el BCE”, señaló el jubilado Carlos Rada.

Publicidad

Los jubilados se mantienen desde el lunes de la semana pasada en los exteriores del BCE. Han comunicado que esperarán hasta el viernes una respuesta del Gobierno a su demanda del alza de pensiones. Caso contrario, anunciaron que iniciarán una huelga de hambre.

Félix Abad, uno de los jubilados que protesta en los bajos del BCE, en declaraciones para Gamavisión, señaló que sus compañeros y él están decididos a no dejar de lado la medida de hecho hasta que no se acredite en sus cuentas el aumento de las pensiones.