Creo que es hora de impedir con alguna medida urgente el paso franco desde Colombia, de todo quien resultare indeseable.

Lamentablemente, descaradas declaraciones denuncian al mundo con el mayor desparpajo que sus narcoguerrilleros (FARC) se refugian, fortalecen, arman, planifican y  atacan desde nuestro territorio. ¡Qué desfachatez!

Las narcoguerrillas han involucrado no solamente al suelo y pueblo ecuatoriano, sino a todo el planeta Tierra. Razón más que suficiente para que el mayor consumidor de drogas financie económicamente sus operaciones antiguerrillas.

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Por culpa de nuestros tibios reclamos al no querer involucrar al país con el problema colombiano, y ante el débil pataleo por la presencia de narcoguerrilleros en nuestro territorio, o por nuestra medrosa y timorata postura a las nefastas fumigaciones fronterizas, así como por las pocas e insignificantes detenciones y repatriaciones de ciertas personas que resultan indeseables, o por las mínimas extradiciones de narcoguerrilleros; nuestros hermanos colombianos nos acusan de cómplices y encubridores de sus pecados y nos castigan olímpicamente al impedir el paso libre de nuestras exportaciones a su territorio.

Es el momento preciso para detener tanto despropósito. Existen muchas medidas que nuestro Gobierno puede y debe asumir sin temor a las consecuencias, por un país mejor.

Fernando Renella Coll
Guayaquil