Los dióxidos de nitrógeno y de azufre superan los niveles permitidos, según un estudio de calidad del aire.

Los aires contaminantes y el ruido se vuelven un problema para  Guayaquil. La ciudad tiene 25 puntos críticos de contaminación, debido al tráfico, al excesivo claxon de automotores y a las concentraciones de dióxidos de azufre y de nitrógeno, que superan los límites ambientales permisibles.

Los factores fueron identificados en el Estudio de la calidad del aire de Guayaquil, que elaboraron la Universidad Central, el Municipio  y Petroecuador en diciembre del 2004.

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El norte (con 12 puntos de contaminación) y el centro (con siete) son los sitios con mayores inconvenientes en Guayaquil. Las zonas comprendidas entre las calles Aguirre y Pedro Carbo, Diez de Agosto y Malecón, Universidad de Guayaquil, Clínica Kennedy, Terminal Terrestre y la fábrica de Coca Cola, en la Juan Tanca Marengo superaron, en un 96% y hasta 100% los niveles de ruido durante las mediciones. Y en un 5% y 65% los de los dióxidos.

Lo mismo ocurrió en el sur, en la Av. Veinticinco de Julio, en sus intersecciones con las calles José Vicente Trujillo y Ernesto Albán; y en el suburbio oeste, en el puente de Portete y en la calle 29.

Los valores del ruido fueron calificados como preocupantes en el estudio porque en las 25 zonas superaron los 65 decibeles (unidad del sonido) en el día, que es el valor máximo permitido para la circulación de vehículos en vías públicas.

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La problemática es reconocida por Mauricio Velázquez, director de Ambiente del Municipio. Indica que la zona céntrica sigue siendo la más contaminada, por eso planea implementar en octubre una monitorización del ruido para ver soluciones que se pueden implementar con la Metrovía.

Se busca, además, actualizar la campaña contra el ruido, pero esta vez focalizada a puntos problemáticos.

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Pero el ruido es solo uno de los contaminantes que afecta directamente a la salud.
El tráfico que se genera en los 25 puntos trae consigo concentraciones de gases tóxicos, que provocan irritación de ojos y vías respiratorias, resequedad en mucosas y destrucción de plantas y animales.

Es el caso de los dióxidos de nitrógeno y azufre que, según Mercy Borbor, jefa del Departamento de Control Ambiental del Municipio, son producidos por la combustión de hidrocarburos en el sector industrial y automotriz.

El estudio estableció que en promedio las concentraciones de dióxido de nitrógeno llegan a 0,27 partículas por millón (ppm), cuando la norma permite 0,08 ppm en 24 horas.

La situación se repite con el dióxido de azufre. Los sitios inspeccionados superan la norma de 0,13 ppm en 24 horas. En Aguirre y Pedro Carbo, el sitio con mayor contaminación, hay una concentración promedio de 1,09 ppm y máxima de 2,3 ppm.

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La producción de ambos gases, indica Borbor, está ligada al estado de los carros y a la calidad del combustible. “Mientras el vehículo esté en peores condiciones tendrá peor combustión y mayor emisión”.

En Guayaquil, solo el 9,86% de los 649 vehículos evaluados en el estudio son modelos del 2000 en adelante; el 55,32% fueron fabricados entre el 90 y 99 y el 34,82% antes del 89.

De estos, el 80% tienen sistema de carburación y únicamente el 45,71% cumple la normativa ambiental.

Lo más grave, asegura el médico Francisco Plaza, presidente de la Fundación Contra el Ruido y Airecontaminantes (Funcorat), es que estos gases son agentes cancerígenos que, unidos a factores genéticos y de riesgo, como tabaquismo y mala alimentación pueden degenerar en la enfermedad.

ESTUDIO

CONTAMINACIÓN
En la investigación se establece que las características urbanísticas y geográficas de Guayaquil facilitan la dispersión de los contaminantes, al no presentar denominadas zonas o puntos muertos donde se produce su acumulación.

PLAN VEHICULAR
Mauricio Velásquez, director de Ambiente del Cabildo, indica que es necesario mejorar la coordinación interinstitucional con la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), a fin de establecer el plan de manejo de calidad del aire de la ciudad.

El borrador está en revisión del alcalde y de asesoría jurídica para firmar un convenio que permita el control de las emisiones de gases de los vehículos de Guayaquil.