El ministro del Interior de Venezuela, Jesse Chacón, afirmó que su gobierno propondrá esta semana al de Estados Unidos un proyecto de acuerdo antidrogas, luego de que fuera suspendido por Caracas el trabajo de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) en este país.
  
"Me reuní con el embajador (de Estados Unidos William) Brownfield y le planteé que tenemos un nuevo documento", dijo Chacón en rueda de prensa, al  señalar que será entregado a la sede diplomática "esta semana".
  
El ministro dijo que con el nuevo acuerdo Venezuela busca "cooperar  activamente" en la lucha contra el narcotráfico, pero sin que "se viole la  soberanía venezolana, eso es lo único que estamos pidiendo".
  
El gobierno del presidente Hugo Chávez canceló recientemente las labores de la agencia estadounidense DEA en su país, tras acusar a sus agentes de  practicar labores de espionaje.
  
Washington rechazó tales acusaciones y dijo que pretenderían esconder la  escasa labor de Venezuela contra el tráfico de estupefacientes.
  
"Todas las operaciones hechas en esta materia tienen que ser hechas única y exclusivamente por funcionarios venezolanos. La DEA, el organismo inglés, el francés, como lo vienen haciendo, nos pueden apoyar con información, con tecnología y nos pueden apoyar con intercambio de modus operandi", señaló Chacón.
 
"Pero las actuaciones operativas en suelo venezolano serán hechos única y  exclusivamente por funcionarios venezolanos", apuntó.
 
El presidente de la comisión antinarcóticos Conacuid, Luis Correa, adelantó el viernes pasado que el nuevo convenio excluye que funcionarios de la DEA armados realicen operativos policiales en Venezuela.
  
También prohibe las entregas controladas, o utilización de droga confiscada para atrapar traficantes, -según Caracas, hubo irregularidades en entregas  controladas hechas por la DEA-, a la vez que incrementa la colaboración  tecnológica binacional y se incrementa la parte de entrenamiento".
 
Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela sufrieron un agudo deterioro en los últimos años.

Washington ve al gobierno de Caracas como desestabilizador de la región y Chávez insiste en que el gobierno del  presidente George W. Bush apoyó el golpe que lo sacó del poder por 47 horas en  abril de 2002.