Miles de residentes de Nueva Orleans juran quedarse en la devastada ciudad, aferrados a sus pertenencias y desafiando la amenaza del alcalde de desalojarlos por la fuerza.

El alcalde C. Ray Nagin emitió una firme advertencia a los 10.000 residentes que, según se afirma, todavía se encuentran afincados en esta ciudad en ruinas: "Márchense voluntariamente o se arriesgan a ser desalojados por la fuerza".

A medida que las aguas de las inundaciones comenzaban a bajar, tras la entrada en funcionamiento de los primeros equipos de bombeo, el alcalde Nagin autorizó en la noche del martes a las autoridades y a los militares a que desalojasen por la fuerza a todos los renuentes a hacerlo voluntariamente.

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El alcalde advirtió que las aguas fétidas podrían ocasionar enfermedades y que había filtraciones de gas en toda la ciudad.

El capitán de la policía Marlon Defillo dijo empero que no se había comenzado a desalojar a la gente. "Es absolutamente el último recurso", agregó.

La directiva de Nagin -que reemplazó a una orden de evacuación más moderada, emitida antes de que el huracán llegase a tierra el 29 de agosto- fue promulgada después de que los rescatistas hallaron a centenares de personas en la ciudad que habían hecho caso omiso de la orden anterior.

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Entre ellos figuró Dennis Rizzuto, de 38 años, que dijo tener cantidad de agua y alimentos para vivir un mes en su casa, y un generador que le suministraba electricidad. Cuando se le ofreció un viaje en lancha hasta un lugar a salvo, el individuo declinó la oferta. "Van a tener que sacarme a rastras", exclamó.

Rizzuto al parecer no es el único que piensa en esos términos. "Un montón de gente no desea marcharse. Tienen perros y desean quedarse en sus casas. Dicen que van a quedarse hasta que bajen las aguas", indicó el capitán Scott Powell, que trató de evacuar en vano a numerosos vecinos.

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Entretanto, los rescatistas trataban de hallar y contar los cadáveres dispersos por la ciudad, bajo temperaturas que han llegado hasta los 32 grados centígrados. El alcalde ha calculado que el total de víctimas del huracán podría llegar a los 10.000 muertos.

La representante Nita Hutter dijo que 30 personas murieron en un hogar para ancianos de Chalmette, en las afueras de Nueva Orleans. Agregó que el personal se marchó y dejó en sus lechos a los ancianos residentes del lugar.

Entretanto, en Washington, el presidente George W. Bush y el Congreso prometieron el martes que iniciarían investigaciones separadas acerca de la respuesta federal la ruptura de diques de Nueva Orleans al paso de Katrina.

"El gobierno falló a todos los niveles", dijo la senadora republicana Susan Collins.

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