Roger Federer quería jugar con David Nalbandian y el argentino, su bestia negra hasta hace un par de años, le cumplió el deseo.

Nalbandian doblegó el martes a un porfiado italiano Davide Sanguinetti por 4-6, 7-6 (4), 6-4, 6-2 y avanzó a los cuartos de final del US Open, donde le espera el Expreso suizo, el gran favorito para revalidar su título.

Habrán dos argentinos en la ronda de los ochos mejores, ya que Guillermo Coria se las verá el miércoles en esa instancia con el estadounidense Robby Ginepri. Por segunda vez en la historia, Argentina coloca a un par de los suyos en cuartos.

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Vulnerable y sin la fuerza avasalladora que lo tiene en la cima del tenis, Federer se las arregló para derrotar al alemán Nicolas Kiefer y acceder a los cuartos de final.

Más de uno quedó asombrado, porque el campeón vigente cedió su primer set en lo que va del torneo, e incluso por momentos lució aturdido ante la tenacidad de Kiefer. Curiosamente, Kiefer había sido el último hombre en ganarle un set al suizo en sus últimos 10 partidos de Grand Slam, en los octavos de final de Wimbledon.

No había perdido un solo set. Cuando ello pasa, no estás preparado, dijo Federer.

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Nalbandian, porque tengo un récord malo contra él, respondió Federer cuando le preguntaron sobre una preferencia.   Me gusta jugar con tipos que me han ganado, especialmente al comienzo de mi carrera, para saldar cuentas.

El argentino aventaja 5-2 en la serie personal, incluyendo dos victorias en Flushing Meadows: en la ronda de octavos en 2003 y la final juvenil de 1998.

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Pero Federer, aparte que está en otra dimensión, le ha ganado los últimos dos partidos, en la Copa Masters de Houston (2003) y el Abierto de Australia (2004).

Ante Sanguinetti, quien con sus 33 años le lleva una década de edad a Nalbandian, el argentino tuvo que transpirar profundo.

El italiano, con su cabello cubierto de canas y un saque que enloqueció a Nalbandian, peleó hasta donde las fuerzas se los permitieron.

Eso fue hasta la noveno game del tercer set, cuando Nalbandian apenas pudo conseguir su segundo bola de quiebre del partido para irse arriba 5-4.

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Para entonces, el argentino había recobrado la iniciativa y peloteaba a su antojo a Sanguinetti, quien en el transcurso inicial le llegaba a todo lo que le tiraba Nalbandian.

También se ganó el favor de los espectadores, cautivados por la garra de un jugador cuyo mejor resultado en un torneo del Grand Slam se remontaba a los cuartos de final en Wimbledon 1998.

En tanto, el australiano Lleyton Hewitt logró clasificarse por sexto año consecutivo a cuartos con una cómoda victoria 6-1, 6-4, 6-2 sobre el eslovaco Dominik Hrbaty.

Siento que estoy para conseguir otra vez al título, declaró el australiano Hewitt, campeón de 2001 y segundo el año pasado.

Hewitt se las verá con Jarkko Nieminen, el primer tenista de Finlandia que llega a la ronda de cuartos de final en un Grand Slam, tras su victoria 6-2, 7-6 (6), 6-3 sobre el español Fernando Verdasco.

Un total de 14 españoles comenzaron en el torneo masculino y Verdasco era el último que seguía en competencia.

Hewitt no mostró fatiga tras jugar tres horas y media ante el estadounidense Taylor Dent en la ronda anterior, y despachó sin mucho esfuerzo al eslovaco Hrbaty, quien llamó más la atención por el color rosa con negro de su camiseta.

La misma luce como cualquier otra de frente, pero por detrás tiene unos cortes bajo cada hombro, dando la impresión que se la puso mal.