El tifón Talim, uno de los muchos que ha golpeado este verano el este de China, ha dejado hasta el momento 95 muertos, 30 desaparecidos y casi un millón de evacuados, según el Ministerio chino de Asuntos Civiles.

Las pérdidas directas por las lluvias e inundaciones que se han registrado en cinco provincias afectadas ascienden a 1.500 millones de dólares. A su paso por Taiwan, el tifón dejó 2 muertos y 24 desaparecidos.

Se trata del tercer tifón que azota Taiwan y China, después del Haitang, en julio, y el Matsa, en agosto, que causaron enormes pérdidas humanas y materiales.

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A pesar de que los chinos están acostumbrados a este tipo de desastres en su propio país, se han conmocionado por las imágenes que llegan de Nueva Orleans y otras ciudades estadounidenses afectadas por las inundaciones.

De forma inusual, China ha entregado a EE.UU., país que tradicionalmente fue donante de ayuda humanitaria al país asiático, cinco millones de dólares y material de emergencia, a los que se suman contribuciones voluntarias a través de la Cruz Roja y otras organizaciones.

Otro tifón, Nabi, dejó ayer una persona muerta y al menos seis heridas en el sur de Japón.