Las obras que se exponen desde hoy permiten que la gente se interese por estilos y temáticas que “puede creer había olvidado”, dice el guayaquileño. La muestra estará abierta hasta el 21 de este mes. La entrada  es gratuita.

La presente exhibición del artista plástico guayaquileño Enrique Tábara, Serie actual, es un retorno a distintos instantes de su trayectoria. “Quiero que la gente vea si me repito o no”, señala el maestro, quien estará presente hoy, a las 19h30, en la sala de exposiciones del Centro de Arte (km 4½ vía a Daule), para inaugurar la actividad.

En ella se concentran 18 cuadros en óleo sobre tela y 7 papeles, cuya técnica son la tiza-pastel y el óleo. La principal temática que se aprecia son las piernas, con la que viene trabajando desde fines de la década del sesenta. “Un día empiezas a mirar tu producción anterior y te das cuenta que hay algo que te sigue entusiasmando y eso me pasa con las piernas”, comenta.

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El artista plástico indica que antes usó las extremidades como centro visual de sus cuadros porque era su reacción a la pintura decorativa, realista y expresionista que existía en el país, “en la que se pretendía crearle un contenido literario a los cuadros, más que componer con el color. No había interés por lo pictórico”. Y Tábara continúa pensando que el mayor enemigo de la pintura es la literatura. Nunca deben estar unidas, expresa, pese a que escribió algunos poemas en los años setenta y alguien se interesó por reunirlos en un libro.

Dos de las obras que se exponen desde hoy abordan su etapa precolombinista en conjunto con las formas geométricas. En cuanto a técnicas, dice que retomó una que había utilizado cuando estuvo en España durante la época del informalismo (década del cincuenta) y de la que casi nada se conoció en su ejercicio de la plástica en Ecuador, la cocina pictórica.

Aquella denominación se atribuía a la mezcla de materiales que no se llevaban bien. Entre ellos el esmalte con el óleo, el agua con el óleo, o el mármol con el óleo. El collage es otra técnica que se contempla en varios de los cuadros de Serie actual. Esta la practica desde 1956 cuando un trapo mojado de diluyente cayó sobre el lienzo que estaba trabajando, pensé que se había dañado, pero al siguiente día se dio cuenta que la obra poseía un gran efecto de combinación cromática.

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Tábara, de 75 años, sostiene que el collage al óleo es la modalidad en la que prefiere trabajar sus obras porque “se logra una textura, un relieve muy agradable al tacto y visualmente. Parecen perforaciones lunares”.

Con esta, su nonagésima exposición, el artista guayaquileño hace un alto a su actividad pictórica, pues comenta que en diciembre próximo viajará a Barcelona (España), donde viven dos de sus nueve hijos. Tiene previsto descansar dos años en esa ciudad europea, si no lo logra regresará al país pero solo para atender la casa de campo que tiene en Quevedo, la cual visita rigurosamente cada fin de semana.

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El maestro del modernismo ecuatoriano, como se lo conoce y quien recorrió Alemania, Italia, Portugal, Estados Unidos, Colombia, Chile, Puerto Rico, Costa Rica, entre otros países, afirma que conocer otras culturas “es la mejor escuela que puede tener y necesita un artista, ya que comparas tu trabajo con el de los demás”.

Aspira a parecerse a Pablo Picasso y que su producción perdure en la memoria histórica de los ecuatorianos, asegura el pintor a quien no le interesa hablar de política y de fútbol.