El huracán Katrina no solo arrasó una ciudad: la dejó sin música. Al tiempo que el número de víctimas supera los límites de la imaginación, Nueva Orleans también enfrenta una pérdida cultural de la que talvez no se recupere.

La sureña ciudad es cuna de ricos y variados estilos, desde el rhythm and blues al zydeco, y el lugar de nacimiento del jazz, la música estadounidense que comenzó en los burdeles y se extendió a todo el mundo.

Ahora, las calles por donde desfilaban los funerales al ritmo del jazz y en las que abundaban clubes atestados de gente durante la noche, están bajo el agua. La capacidad de sus residentes de sobreponerse a la adversidad es lo que le da vida a la cultura, dicen los nativos de Nueva Orleans.