Dos hermanos sacerdotes, Massimiliano y Tonino Cerilli, han colgado los hábitos de forma casi consecutiva al enamorarse de dos feligresas de la parroquia de San Felipe Neri de Palermo, la capital de la isla meridional italiana de Sicilia.

El caso salió publicado ayer en el Giornale de Sicilia. La nota  explica cómo Massimiliano, hace unos meses, abandonó por una mujer su puesto de párroco en el barrio Zen de Palermo  y recientemente lo hizo su hermano Tonino por la misma circunstancia.

Los dos hermanos, pertenecientes a la congregación del Verbo Encarnado, habían sido enviados a San Felipe Neri para sustituir al padre Doménico Galizzi, figura carismática de la iglesia local.

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Primero llegó Massimiliano, que conoció a una mujer del barrio, se enamoró y en julio renunció a los hábitos para casarse, por lo que el obispado envió a su hermano, de 27 años, que ha seguido los mismos pasos, al parecer con una feligresa casada, según el rotativo siciliano.

El obispo auxiliar de la diócesis de Palermo, Salvatore Di Cristina, dijo que lo sucedido “es difícil de explicar y tal vez se debe a que estos dos jóvenes, habituados a una vida de comunidad y con pocos años de sacerdocio a las espaldas, se han sumido en la confusión al llegar al barrio de Zen”.