Con el fin de abastecer la demanda interna de combustible y de reducir las importaciones de derivados de crudo, el Ministerio de Energía y Minas analiza la construcción de una nueva refinería en el país.

El proyecto, que se denomina Complejo Industrial Hidrocarburífero Santa Elena, fue expuesto ayer, en un foro, por representantes de Petroecuador, la Cámara de Construcción de Guayaquil y la Escuela Politécnica del Litoral.

La inversión total de la obra está estimada en un monto de $ 2.500 millones.
Además de las obras complementarias como terminal marítimo, que se construirá en Monteverde (Guayas) a un costo que oscila entre $ 50 y $ 200 millones; el ramal del oleoducto (que costará entre $ 140 y $ 300 millones) y los ductos, que exigirán una inversión de alrededor de $ 30 millones.

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Iván Rodríguez, ministro de Energía, manifestó que aún no se sabe con exactitud la ubicación de la obra, pero que el lugar más indicado es la península de Santa Elena.

Luis Bacigalupo, vicepresidente de Petroecuador, manifestó –entre tanto– que la nueva refinería servirá para abastecer el 65% de la demanda interna de combustible, que se concentra en las zonas centro y sur del país.

Aclaró que una vez en operación, la planta La Libertad pasará a refinar residuos de crudo como diluyente.

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Moisés Tacle, rector de la Espol, indicó que de ser aprobado el proyecto, su construcción estará a cargo de un socio internacional.

El inversionista deberá terminar la obra en un plazo de 36 a 42 meses y para garantizar el pago se creará un fideicomiso. “En 20 años el proyecto dará una rentabilidad neta de 42 billones de dólares”, sostuvo.