Con la esperanza de que autoridades locales y nacionales apoyen con becas a unos 250 huérfanos de los migrantes desaparecidos en el naufragio el 13 de agosto pasado, un centenar de familiares acudió ayer a la Gobernación.

Guillermo Brito, coordinador de los familiares, manifestó que durante estos días el problema más sentido en el grupo es justamente la falta de recursos para la matrícula en escuelas y colegios ante el nuevo ciclo escolar, que se iniciará a mediados de septiembre en el régimen Sierra.

En el caso de las familias Collago-Quito y Collago Coronel, que perdieron a tres de sus seres queridos, deben enfrentar el cuidado y formación de cinco menores de edad, ahora en la orfandad.

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El jefe político del cantón, Cristian Páez, quien representó al gobernador del Azuay, Paúl Sánchez, ausente por un problema de salud, según relaciones públicas de la institución, ofreció gestionar las becas, pero no abrigó expectativas al respecto.

La Pastoral Social ofreció los servicios de seis psicoterapeutas voluntarios que trabajarán con los menores en terapias antes de que inicien las clases.