En el artículo titulado “Tormentas y huracanes”, del doctor Eduardo Castillo Barredo, publicado el viernes 2 de este mes, apareció mutilada una frase del segundo párrafo, distorsionando su sentido. Esa frase completa dice correctamente así: Mientras la temporada de sus tormentas y huracanes corre allá desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, con mayor actividad en agosto y septiembre, acá la nuestra es permanente, pues va del 1 de enero al 31 de diciembre, es decir “pa’  todo el año”, como canta la ranchera, con mayor actividad en cualquier momento.