‘Hubo gente violada aquí’

“Estos últimos días ha sido un auténtico infierno. Fuimos tratados como animales. Hubo disparos (...) estuvimos en  peligro. Una niña de siete años y un varón de ocho fueron violados”, afirmó Baron Duncan, de 42 años, uno de los miles de refugiados en el Superdomo de Nueva Orleans.

“Hubo gente violada aquí. Gente asesinada. Tuvimos motines”, afirmó un policía de Nueva Orleans.

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“El olor llega hasta la garganta. La gente debe hacer sus necesidades en cualquier parte”, cuenta Loraine Banks, una enfermera de 53 años.

“Fuimos tratados como si estuviéramos en un campo de concentración (...) Un hombre no lo soportó. Saltó de una grada y se mató”, dijo Audrey Jordan, encolerizada con las autoridades.

“No es manera de tratar a seres humanos. Perdí todo y me encuentro en el infierno. No tengo dónde ir y no me queda más que esto”, dijo Norma Blanco Johnson, mostrando su ropa sucia mientras esperaba subir a un bus junto a su hija y el bebé de esta y sin noticias de sus hijos.

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‘¿Por qué no nos ayudan?’

BILOXI, EE.UU. 
AFP

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El pánico se puede percibir en los ojos de Chien Bui, que escapó del huracán Katrina. “No tengo más insulina, tengo miedo de que aparezcan epidemias. ¿Por qué no viene nadie a ayudarnos?”.

 Entre las ruinas de su casa en la devastada ciudad de Biloxi Mississippi, este vietnamita de 53 años grita su desesperación: “Tenía toda mi vida aquí. Hace treinta años que estoy en este país. Trabajé duro para que mis hijos pudieran estudiar y construir  esta casa. ¡Y miren!”.

Las lágrimas corren sin cesar por las mejillas de Nhiem Pham, su esposa. Esta pequeña mujer de 47 años trabajaba en el Gran Casino, ahora totalmente destruido.

“¿Cómo viviremos?”, se pregunta Chien, señalando a un vecino que vive sobre  un árbol. “¿Qué hago con mi diabetes? ¿Enviarán medicamentos? ¿Cómo comunicarnos sin teléfono? ¿Cómo saber cuándo llegará la ayuda? El mundo tiene  que saber lo que está pasando. Necesitamos ayuda inmediatamente, antes de que  la gente se enferme o muera de hambre y que esto degenere”.

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‘¿Qué quiere que haga?’

NUEVA ORLEANS, EE.UU.
AP

Policías que saquean, pandilleros que roban las embarcaciones de voluntarios que intentan rescatarlos; bebés desnudos y desatendidos, mientras sus padres se emborrachan con licor robado. Nueva Orleans tras el huracán es llegar al infierno.

Katrina no solo se llevó las casas sino también la dignidad de la gente. En una acera con niños y ancianos, una mujer se baja los pantalones y se agacha junto a una planta. Un hombre la mira y desaprueba. ¿Y qué quiere que haga?, le dice la mujer.

Carl Davis se pregunta por qué no llevan alimentos en camiones y se siente ofendido cuando tiran provisiones desde el aire. Nos tratan como si estuviésemos en el Tercer Mundo, afirma.

No muy lejos, Cassandra Robinson se acurruca con su sobrina Heavenly, de un año, dormida en sus brazos y debilitada por una dieta de agua y papas fritas. Afirma que la gente actúa como animales porque la tratan como animales. “No somos ladrones. Somos cristianos”, exclama.

Diputada española atrapada

MADRID
EFE

La diputada socialista española Lourdes Muñoz, que se encuentra bloqueada junto a su familia en el Centro de Convenciones de Nueva Orleans a causa del huracán Katrina, dijo que la situación es “desesperada y caótica”.

Muñoz acotó que está a la espera de que el gobierno de EE.UU. “ejecute” la petición de evacuación del Ejecutivo español y advirtió que: “es muy poco tiempo el que podemos aguantar aquí, si es que sobrevivimos”.

“Nos han dejado aquí abandonados, sin seguridad, sin comida ni agua. Están matando y secuestrando gente ya”, añadió Muñoz, quien describió una “situación desesperada”, pues la gente está diciendo “vamos a morir, ¿por qué nos han traído aquí?”.

Explicó que la situación en el Centro de Convenciones no es “mínimamente digna” y afirmó que “está putrefacto, todo lleno de basura”.

Agregó que las personas quieren salir del edificio, para que la policía les detenga. “Estaríamos mucho mejor detenidos que aquí”, afirmó.