A la poca demanda de  enseñanza escolar se suma el mal estado de más del 50% de los planteles
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Hilvanar redes o halar pangas en las playas para iniciar la pesca en alta mar son las actividades que David Vélez Mero, de 13 años, realiza con su padre durante los dos primeros días de la semana.

Esos días no acude a la escuela y los profesores y sus compañeros lo saben. Vélez, de piel quemada por los rayos del sol, deja de lado los cuadernos y su mochila y se interna con su padre en el mar a pescar.

Los días que va a la escuela Felipe Chávez, situada en Jaramijó, se coloca al final de la fila que los estudiantes deben hacer antes de ingresar a las aulas. Desde ahí ve impasible cómo sus compañeros ríen y conversan.

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 Dice que debería estar en noveno año de educación básica pero por faltas a clase ha perdido dos veces el año. La semana pasada mientras ensayaba el juramento a la bandera recordó que un día le dijo a su padre que prefería estudiar en vez de pescar, pero que él no le respondió.

Yadira Quiroz García, de 14 años, no tiene la misma suerte de David. Ella acude a un aula improvisada que se instaló en un comedor popular ubicado en el sector de las Colinas, en el sur de Jaramijó.

Está en quinto año de educación básica y comparte su salón de clases con otros 60 niños de una escuela unidocente que está en malas condiciones y tiene muchas necesidades.

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“Mis padres no tienen plata para pagar la matrícula y por eso vengo aquí con mis otros cuatro hermanos”, señala la pequeña.

El establecimiento funciona desde el 2004 por iniciativa de un grupo de padres de familia que habitan en el sector de las invasiones. De los 120 niños que hay en esta zona solo la mitad acude regularmente a las escuelas legalmente constituidas en Jaramijó.

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Quiroz no recibirá un certificado de haber culminado la primaria, pero “al menos aprende a leer y escribir”, dice Elizabeth Berruelos, coordinadora comunitaria.

Giovanna Cheler es la profesora de la escuela unidocente en cuya aula colocan sus cuadernos sobre las mesas en las que también se sirven los alimentos.

El panorama educativo de Jaramijó tiene falencias. Los establecimientos educativos existentes no se dan abasto para cubrir la poca demanda.

En este cantón solo hay tres escuelas fiscales: Luis Felipe Chávez con 375 alumnos, Antonio Borrero con 330 y Juan Isaac Mendoza, 410.

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Además existen otras diez escuelas particulares. En la más grande llamada Jaramijó estudian 250 niños en dos jornadas diarias. También la Unidad Educativa Eugenio Espejo alberga a 200, mientras que a las aulas de los otros ocho planteles particulares acuden 635. Todos estos establecimientos están copados al máximo.

En total hay 2.200 niños que se educan en las trece escuelas públicas o privadas. No obstante, el 10%  no culmina la primaria o no va al colegio porque sus padres los retiran porque no tienen dinero para comprar los útiles escolares.

 A ellos se suman 132 niños que tienen de 5 a 14 años y que no van a la escuela porque trabajan, señala la Dirección Provincial de Educación. Las cifras se determinaron en el último censo realizado en el 2001.

El porcentaje de niños que no terminan la primaria o que nunca ingresaron a un aula alcanza el 15% del total, el más alto de la provincia, según señala la UNE Jaramijó.

NECESIDADES

ALFABETIZACIÓN
El 8 de este mes se realizará una campaña de alfabetización en el país y abarcará doce provincias, entre las que se incluye Manabí y su cantón Jaramijó. La aplicación de la campaña está dirigida a reducir los índices de analfabetismo que alcanza el 9,8% de la población total del país, según señalan las estadísticas.

DEMANDA
66 profesores entre particulares y fiscales no son suficientes en Jaramijó. Cada maestro debería enseñar a 25, pero en este cantón manabita cada docente tiene como mínimo a 50 estudiantes.

HACINAMIENTO
En una de las aulas de la escuela Juan Isaac Mendoza, ubicada en el barrio Honduras, en la población de Jaramijó, hay 82 alumnos que reciben clases en condiciones inadecuadas porque no hay mucho espacio para ellos.

MAESTROS
Los cinco profesores que ha designado el Ministerio de Educación y Cultura para la escuela Juan Isaac Mendoza, no se dan abasto ante los 410 estudiantes que a ella acuden. La Municipalidad local cubre el sueldo de otros tres profesores de ese sector.