Los textos piratas se venden hasta en $ 3 y en las librerías se los cotiza entre 10 y 12 dólares.

La venta de la Librería ASG, que en esta ciudad se mantuvo por 30 años al servicio de la comunidad causa preocupación en la ciudadanía, especialmente en los lectores más frecuentes.

Los propietarios del local casi no hablaron de las causas del cierre de esta tradicional librería, pero Gina Peña, administradora del establecimiento, en un diálogo informal aseguró que frente a la piratería, los altos costos de arriendo y otros servicios, la venta de libros dejó de ser un negocio desde hace un par de años.

La administradora y otros negociantes que mantienen locales comerciales de toda índole en el centro histórico de la ciudad adujeron que los costos por la renta van desde los 150 dólares por una tienda pequeña y hasta  2.000 dólares mensuales por los locales más amplios.

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Además los libros no originales que en su mayoría llegan de Colombia, Perú y Venezuela se venden hasta por 3 dólares, cuando el pago de impuestos e importaciones obligan a los comerciantes a pagar entre 10 y 12 dólares por las mismas producciones pero originales.

Ante esta problemática, Efraín Jara Idrovo, presidente de la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay, dijo conocer sobre la existencia de la Cámara del Libro, encargada de regular el precio de las producciones, pero en la práctica cada librero establece su mejor utilidad con la importación de libros, indicó.

Para Jara, la baja demanda de los libros en Cuenca es por la falta de variedad y la poca presentación de títulos, que se promocionan en el lugar, en la mayor parte de casos best sellers; por ello los lectores prefieren viajar a Quito donde hay novedades en libros, dijo.

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Con esta afirmación el escritor Jara aseguró que no es un problema de falta de lectores o del hábito de la lectura y reiteró que más bien es por falta de difusión y costos.

Proyecto
La Casa de la Cultura propuso hace unos meses un proyecto para contrarrestar los altos costos de los libros y la falta de promoción el cual se comenzará a ejecutar después del 15 de este mes.

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Se trata de la adecuación de un café-librería que funcionará en el local de la Casa de la Cultura, ubicada en la esquina de la Benigno Malo y Sucre.

Allí se expenderán los textos, libros y otras obras de interés de los lectores, estos se importarán a bajo precio.

“No buscamos lucrarnos sino que la gente se interese por la lectura”, dijo Jara.

Agregó que es ilegal e ilegítima la piratería, pero frente a la voracidad de los libreros “nosotros tenemos que secretamente bendecir los actos de piratería para que la gente tenga acceso a las obras”, acotó.

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LIBREROS

IMPORTACIÓN
La importación de libros de México, España, Argentina implica un inversión económica elevada.

COSTOS
Los folletos para la lectura se venden entre 6 y 8 dólares, mientras que el material para estudio, consultas e investigaciones puede llegar hasta los 10 y 15 dólares.

PIRATERÍA
Para Efraín Jara los precios de los ejemplares no pueden contrarrestar la piratería, donde  libros de 20 dólares los venden a un valor de 6 dólares, debido a que ellos no pagan impuestos de importación.

FALTA DE OBRAS
Otros inconvenientes que aumentan el problema es la falta de variedad de autores y temas.