“Que me aclaren por qué me sacaron”. Eso es lo que exige al régimen el ex vicepresidente de Petroproducción, Oscar Garzón, quien aseguró esta mañana que su salida de la entidad estatal se debe a las presiones de varios “grupillos de intereses políticos y económicos que no les gustaba mi presencia ahí”.

En diálogo con Citynoticias (89.3 FM en Guayaquil), Garzón indicó que el deterioro en que encontró Petroproducción no se debe a los obreros e ingenieros que laboran en la institución, sino “por las mafias políticas, que quieren controlar las inversiones y poner a sus miembros en diferentes áreas”.

Dichas “mafias políticas”, según Garzón, son grupos “bastantes decidores que en la pasada administración se sabía que era una sola cabeza, pero que ahora han proliferado. Siete, ocho... y cada uno quiere representantes en la organización interna de Petroecuador”.

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Acusó a Eduardo Gallego, miembro de Petroproducción, de ser uno de los “representantes” de esos nichos de poder dentro de la institución estatal. “Habrá que preguntarle al ingeniero Eduardo Gallego: ¿quién lo puso en su cargo? Porque cuando hay una decisión fudamental, sale de la sala con el celular en los oídos y luego regresa y aprueba o desaprueba. Entonces va a consultar a sus jefes vía telefónica“.

Aclaró que su puesto dentro de la entidad se debió a la confianza que el ex presidente de Petroecuador, Carlos Pareja, depositó en su gestión. “Él necesitaba un hombre de su confianza que lo ayude a revitalizar a Petroproducción, pero al parecer eso no le agradó mucho al presidente (Alfredo) Palacio y a Roberto González, muy allegado al Gobierno”.