Julio Sisalima, uno de los nueve sobrevivientes del naufragio, oriundo de la parroquia San Bartolo, en el cantón Sígsig, juró que no intentaría un nuevo viaje ilegal hacia los EE.UU. y aceptó un puesto de Teniente Político que le ofreció la Gobernación del Azuay.

Sisalima dijo que este puesto le ayudará a mejorar la situación económica de su hogar. Antes de intentar el viaje trabajaba en un almacén y ganaba 200 dólares, pero no era suficiente para mantener a su familia. “Ahora estoy dispuesto a trabajar en lo que sea, pero no arriesgaré más mi vida”, indicó.

Aunque aún no se conoce en qué Tenencia Política será ubicado Sisalima, la Gobernación cuenta ya con su carpeta para cumplir con la oferta. Este joven sobreviviente narró a los familiares de los desaparecidos la desesperación que mostraron por salvar sus vidas.

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“No sé ni qué hora era, la mayoría íbamos en la bodega, yo me desperté cuando el agua ya me llegaba a las rodillas, pero estábamos sentados. Alguien no permitía que se abra la puerta de la bodega y el nivel del agua seguía creciendo”, contó, mientras los familiares de los desaparecidos lo miraban atónitos.

“La desesperación hizo que pateara la puerta, pero el agua ya me tapaba la cara, me esforcé y salí entre las tablas; para muchos fue tarde. Vi una caja de sandías a la cual me agarré y me salvé”.