La tarde del pasado sábado en Guayaquil estuvo fresca, pero la temperatura en los alrededores y en el  estadio Modelo (norte de la ciudad) fue otra: el ambiente se calentó por el bullicio de las barras de Emelec y Barcelona.

Poco antes de que el árbitro Carlos Vera diera el pitazo inicia, el sol completó un cuadro colorido en la general del Modelo. La mitad copada de amarillos y la otra, de azules.

En la cancha, los equipos compensaron sus falencias futbolísticas con garra, entrega y deseos de triunfo.

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En este primer clásico del torneo Clausura no faltaron los roces entre eléctricos y toreros (Gonzalo Galindo con Samuel Vanegas y Gustavo Pinto con Walter Ayoví), lesionados y expulsados.

Barcelona se presentaba como el favorito ante un Emelec más disminuido y en proceso de recuperación. Sin embargo, los eléctricos consiguieron tomarse una revancha guardada  hace casi dos años, cuando vencieron por última vez a Barcelona 2–1 en el George Capwell (el 29 de octubre del 2003), con goles de Moisés Cuero y Luis Rojas.

También fue una revancha para Moisés Candelario, quien lució la banda de capitán y se reivindicó con su afición al anotar el tanto del triunfo.