Kirman Cantuña, de 17 años, busca recuperar su vida normal, luego de que el 10 de marzo pasado recibió un impacto de bomba lacrimógena en su cabeza cuando se encontraba dentro del colegio Amazonas, de Quito.

El viernes pasado, cinco meses después del percance, se sometió a una operación para colocarle un implante, pues perdió parte de huesos del cráneo y de la masa encefálica.

La operación fue exitosa. Hasta el mediodía se mantenía adolorido y era consolado por su madre, Martha Nieto.

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Kirman recibió el impacto  por parte de un pelotón de policías que había llegado al sector del colegio Amazonas, para reprimir las protestas en contra del entonces presidente Lucio Gutiérrez.

Según su madre, el joven no participaba en la protesta sino que pretendía salir del colegio e iba a ser recogido por su hermano, quien fue apresado, en esa ocasión, aunque solo buscaba auxiliar a Kirman, por lo que su familia aduce abuso policial.

Por esto, la familia de Kirman presentó una demanda contra el Estado, al que le exige una indemnización, pero la Procuraduría indicó que el Estado no debe indemnizar sino identificar a los autores del ataque.

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La familia Cantuña pide el reconocimiento del Estado, para  ayudarse con los gastos médicos y la nueva operación que en 3 meses deberán realizarle a Kirman, “un alumno brillante”, dicen sus profesores, quienes le permitieron graduarse de bachiller.

Por este caso, dentro de la Policía, dos agentes son investigados por el Departamento de Asuntos Internos.