El presidente colombiano Álvaro Uribe  pidió ayer a la justicia “acelerar” las investigaciones para aclarar varias matanzas, algunas cometidas hace más de ocho años, y a la Fuerza Pública, “reconocer errores”, en los casos en que han muerto campesinos confundidos con guerrilleros.

Uribe aludió desde Cartagena, durante un consejo comunitario de gobierno, a los casos específicos de Mapiripán y Santodomingo, de Cajamarca y de San José de Apartadó, en varios casos de matanzas que en su día sacudieron al país y que no han sido aún aclarados.

En Cajamarca, centro oeste, del país, murieron varios campesinos entre ellos algunos niños, confundidos por el Ejército con guerrilleros. En San José de Apartadó, fueron asesinados un líder agrario de una comunidad de paz, su esposa y un menor.

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En Mapiripán, aldea del departamento del Meta, una incursión de paramilitares, el 16 de julio de 1997, dejó a 27 campesinos muertos por presuntos nexos con guerrilleros.

El 17 de diciembre de 1998 murieron por error 18 civiles en la localidad de Santodomingo, este del país, tras ser lanzada, desde un avión militar, una bomba cuando era perseguida una columna de rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).