Cuando concluyeron las intervenciones en el parque Calderón tras la marcha de solidaridad por los desaparecidos en el naufragio del 13 de agosto pasado, con indignación, María Zoila Sagvay, tía de una de las 94 víctimas, denunció públicamente que los coyotes empezaron a llamar a las familias ofreciéndoles dinero a cambio de su silencio.

La mujer indígena, procedente del cantón Nabón, se dirigió a los asistentes a la marcha que convocó a unas 300 personas. “A nosotros nos llamó la gente que trabaja con Rosa Zhingre, la coyote que se llevó a mi sobrino Luis Orlando Nivelo Sagvay para ofrecernos plata con tal que no le denunciemos, ni nos sigamos reuniendo”, dijo la mujer.

Sagvay dijo que los coyotes dejaron pendiente una nueva llamada para informarle el sitio, el día y la hora en el que los familiares del desaparecido debían reunirse con sus abogados para recibir el dinero, pero esa llamada no se realiza hasta el momento, comentó.

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“Primero dijeron (los coyotes) que nos darían 3.000 dólares y como dijimos que no queríamos dinero, sino aunque sea el cadáver de mi sobrino, nos dijeron que pagarían hasta 7.000 mil dólares y que nos quedemos callados”, contó.

Agrega que les advirtió con denunciarlos porque “son unos sinvergüenzas y porque la vida no se cambia con plata”.

Sagvay dijo que esto está pasando con la mayor parte de familiares de los desaparecidos y por esa razón “la gente tiene miedo de seguir averiguando y exigiendo justicia a las autoridades”.

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Advirtió a las autoridades del Gobierno y Policía que estarán pendientes de las investigaciones.

Desde Chimborazo
Una delegación de la Red de Familiares de Emigrantes del Chimborazo se sumó a la marcha convocada por el Comité de Familiares de Emigrantes Desaparecidos.
“También somos víctimas de los coyotes y chulqueros”, aseguró la dirigente Mariana Rodríguez.

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La mujer dijo que en lo que va del año, cinco coyotes que operaban en Riobamba están presos, tras las denuncias presentadas en la Fiscalía y de haber luchado para que las autoridades cumplan con su trabajo.

La marcha concluyó con una misa en la catedral La Inmaculada, en donde el sacerdote afirmó en la homilía que emigrar es una forma de luchar en contra de la injusticia y la corrupción, pero advirtió que a través de las formas ilegales muchos se enriquecen a costa del dolor de los más pobres, por eso invitó a los familiares a exigir justicia contra los coyotes y chulqueros.