Unos catorce niños y tres adultos, entre ellos una mujer embarazada, murieron ayer en París en un incendio que arrasó un vetusto bloque de departamentos que albergaba a 130 inmigrantes africanos.

La policía francesa informó que otras 30 personas resultaron heridas en el siniestro, que se produjo en un edificio de siete pisos ubicado en el distrito Nº 13 de París.

El fuego comenzó en las escaleras del inmueble, pero aún se desconocen las causas del siniestro. La mayoría de los moradores esperaba recibir una vivienda permanente desde hace catorce años, cuando fue expulsada de un campo urbano donde vivía.

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Ayer, una manifestación espontánea concentró ante el edificio incendiado a unas 300 personas que denunciaron la situación de precariedad.

Los concentrados corearon lemas contra el Gobierno, al que reclamaron soluciones para la carencia de viviendas sociales y recordaron el incendio de una pensión para inmigrantes del centro de París que causó la muerte a 24 personas el pasado mes de abril.

Pocas horas después del suceso, cuando el alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoe, se quejó de que el gobierno conservador no había hecho caso a sus demandas tras el incendio de abril para hacer frente a las urgentes necesidades de realojo de las capas sociales más desfavorecidas.

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Activistas por el derecho a la vivienda aseguran que 50.000 familias, principalmente inmigrantes, viven en condiciones escuálidas.