Una tormenta, el error del piloto y la pobre tecnología aeronáutica serían las causas del accidente del avión de la compañía peruana Tans que se partió en dos el martes pasado  al aterrizar de emergencia en la selva, provocando 40 muertes, dijeron ayer sobrevivientes y expertos.

Tras el accidente se conocieron historias de heroísmo que relatan que los 59 sobrevivientes se ayudaron unos a otros a escapar del avión en llamas, pese a los estragos del fuego consumiéndoles la piel.

La azafata Paola Chu salvó a doce personas a pesar de tener un tobillo fracturado y una herida profunda en su rostro, conduciéndolos hasta una puerta de emergencia y regresando después por ellos.

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Una niña de 9 años, Romina Marapara, es considerada una heroína y su foto está en la prensa luego de que, con el rostro quemado,  cargó en brazos a su primo Juan Carlos Valles, de  año y medio.

El estadounidense Gabriel Vivas, de 41 años, vio a un niño de un año tirado fuera del avión sobre el barro, golpeado y con el brazo roto. “Regresé y lo cargué. Tenía que salvarlo”, afirmó.